Ya es domingo. Una semana más viviendo en Canadá. Me sorprende la facilidad que tengo de adaptarme a los cambios, a los nuevos ambientes. Aunque sí, echo de menos. Pero ahora más que nunca me estoy demostrando a mí misma que puedo ser feliz en mi soledad. Que no necesito a nadie y esa es precisamente la razón por la que disfrutas tanto de la gente: porque no la necesitas.